Las pequeñas campanas sonaron cuando Seyran cruzó el umbral de la tienda. Se sintió como si estuviera en un mundo de magia, rodeada de los colores brillantes de la Navidad. Seyran eligió cuidadosamente cada adorno, con las manos temblorosas por la emoción. Era la primera vez que realmente tocaba la felicidad que siempre le había sido negada.
Ferit estaba en un rincón, observando a Seyran con una mirada suave. Nunca la había visto tan feliz. Cuando la canción “Senden Yoksun” empezó a sonar, se quedó en silencio. “No dejes que las trampas se desmoronen en lugares antiguos.” Las palabras de la canción le advirtieron: el pasado podría destruirlo todo si no era lo suficientemente fuerte para proteger este amor.