En el capítulo 598 de La Promesa, se avecinan cambios inesperados que podrían redefinir el equilibrio de poder en el palacio. Uno de los giros más impactantes gira en torno a Manuel y Leocadia, quienes forjan una inesperada alianza empresarial que no solo despierta sospechas, sino que podría esconder oscuros intereses estratégicos por parte de Leocadia.
Todo comienza cuando Manuel propone a Leocadia convertirse en su socia. La oferta, en principio, parece generosa: en lugar de devolverle el dinero como parte de un simple préstamo, Manuel quiere que Leocadia obtenga beneficios económicos directamente del negocio aéreo. Aunque ella rechaza la idea al inicio, alegando no tener conocimientos sobre aviación, Manuel insiste y logra convencerla. Leocadia termina aceptando, dejando al espectador con una pregunta clara: ¿cuál es su verdadero objetivo?
Desde hace tiempo, Leocadia se ha movido con astucia dentro de La Promesa. Su comportamiento sugiere que no busca solo recuperar su inversión, sino insertarse de lleno en los asuntos internos de la finca, ganarse la confianza de Manuel, y quién sabe, tal vez aspirar a ocupar el lugar que dejó Cruz. Pero esta estrategia genera dudas. Si realmente quiere replicar el papel de Cruz, ¿por qué permitió que Catalina se casara, sabiendo que Cruz siempre se opuso a ella? Hay una incoherencia que apunta a que Leocadia podría estar jugando a más de una carta al mismo tiempo.
Por otro lado, Manuel, aparentemente bien intencionado, parece caer sin darse cuenta en una red de manipulaciones. A pesar de sus buenas intenciones, termina envuelto en una nueva investigación cuando Toño regresa y le entrega una serie de documentos y datos clave, pidiéndole que confirme si todo lo que le ha contado es real. Esta petición despierta frustración entre los espectadores más atentos, que esperaban ver a Manuel involucrado en la gran investigación relacionada con Hanna, pero no en una secundaria sobre los relatos de Toño. La sensación general es que la serie está desperdiciando el potencial del personaje, desviándolo hacia tramas menores cuando podría estar en el centro de la acción.
Mientras tanto, otras subtramas siguen avanzando. Lisandro, quien supuestamente iba a marcharse tras la reparación de su automóvil, anuncia que se quedará más días. Esto levanta sospechas en el palacio: ¿qué busca realmente este personaje tan enigmático? Aunque su historia no avanza mucho en este episodio, se intuye que en los próximos capítulos descubriremos qué se trae entre manos.
En otra línea narrativa, el drama se intensifica entre Eugenia y Lorenzo. Lorenzo se niega rotundamente a compartir habitación —y mucho menos cama— con Eugenia, a pesar de que aún son esposos. Eugenia se mantiene firme, exigiendo que él permanezca a su lado “hasta que la muerte los separe”. Este gesto provoca un estallido en Lorenzo, quien empieza a mostrar un miedo palpable hacia ella. En conversaciones posteriores con Leocadia y otros personajes, se llega a insinuar que teme que Eugenia lo ataque por la noche. Este temor verbalizado no solo muestra lo tensa que está la relación, sino que además elimina cualquier sospecha de que Lorenzo esté detrás de asesinatos como el de Hanna; un hombre así de asustado difícilmente podría ser un asesino frío.
El episodio también nos lleva de vuelta a la joyería, donde Curro y López regresan antes de lo planeado. Su presencia en el lugar, más allá de lo previsto, hace que Trinidad, la carismática gerente, mueva sus contactos para que puedan entrevistarse con Esmeralda, la misteriosa jefa de la joyería. Todo apunta a que este encuentro será clave para esclarecer los vínculos entre la joyería y Cruz. ¿Fue Cruz quien desde la cárcel ordenó ciertas acciones oscuras? ¿O hay alguien más moviendo los hilos siguiendo sus instrucciones?
Además, Alonso revela a Curro que Eugenia quiere viajar a Veracruz, posiblemente con la intención de encontrarse con Cruz. Le pide que intente disuadirla, aunque hay quienes piensan que esa escena apunta a una nueva conexión entre varias tramas. Tal vez Curro acompañe a Eugenia y aproveche el viaje para esclarecer lo que han descubierto en la joyería. Esto abre una nueva posibilidad: ¿podría Cruz estar manipulando los acontecimientos desde la cárcel más de lo que todos creen?
Finalmente, la escena clave llega cuando Esmeralda parece reconocer a Curro, lo que no es de extrañar dado su pasado. Recordemos que Curro fue protagonista de una cacería que terminó en tragedia y marcó un punto de inflexión en la historia, con la muerte de Feliciano y la revelación de la paternidad de Hanna. Este reconocimiento podría traer consecuencias imprevistas y abrir nuevas puertas a revelaciones importantes.
En resumen, este episodio número 598 de La Promesa es una especie de tablero de ajedrez en el que se colocan cuidadosamente las piezas para algo mucho más grande. Mientras Manuel cae en una red que podría costarle mucho más que dinero, Leocadia se afianza como una jugadora peligrosa con aspiraciones de poder. Las relaciones entre los personajes siguen tensándose, y aunque algunas tramas parecen avanzar con lentitud, otras se preparan para estallar en cualquier momento.
El capítulo, aunque transicional, plantea preguntas cruciales:
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¿Está Leocadia preparando un golpe silencioso para quedarse con todo?
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¿Manuel caerá en su trampa o despertará a tiempo?
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¿Curro descubrirá la verdad sobre la conexión entre la joyería y Cruz?
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¿Hasta dónde llegará el miedo de Lorenzo y cómo responderá Eugenia?
Todo esto nos deja a las puertas del episodio 600, con la promesa de que las piezas finalmente comenzarán a moverse con mayor contundencia. Los seguidores de la serie, conocidos como Promisers, tendrán que seguir atentos, porque La Promesa nunca da lo que esperas… pero siempre te da más de lo que imaginas.