En los próximos capítulos de La Promesa: el oscuro secreto de Cristóbal y la traición de Leocadia
Los próximos episodios de La Promesa estarán marcados por un torbellino de secretos revelados, enfrentamientos inesperados y decisiones que cambiarán para siempre el destino de todos los habitantes del palacio. El corazón de la trama gira en torno a Cristóbal y Leocadia, una pareja de aliados en la sombra que, acorralados por las investigaciones de Curro y Pía, se verán obligados a actuar de manera desesperada. Pero lo que ninguno de los dos sospecha es que, en su intento por mantener el poder, se desatará un escándalo imposible de controlar.
La historia comienza con Cristóbal, cada vez más inquieto al descubrir que Curro y Pía no se limitan a curiosear, sino que investigan seriamente el atentado que sacudió la casa. Sus pesquisas ya han dado frutos: han interrogado a testigos, han hecho las preguntas adecuadas en los lugares precisos y ahora están peligrosamente cerca de desenterrar la verdad. Una verdad que amenaza con arrastrar a Cristóbal y también a Leocadia, cuyo papel en los acontecimientos comienza a volverse insostenible.
Consciente de que no puede perder más tiempo, Cristóbal irrumpe en el pequeño salón donde Leocadia lo espera con la frialdad de quien sabe calcular cada movimiento. Tras dudar un instante, el mayordomo confiesa que la situación es más grave de lo que parece. Si la verdad sobre lo sucedido sale a la luz, ambos podrían quedar arruinados. Leocadia, con su habitual aire altivo, intenta restar importancia al asunto, pero Cristóbal la sacude con una advertencia directa: no deben subestimar ni a Curro, con su inteligencia y su sangre noble, ni a Pía, cuya determinación e ingenio son armas tan afiladas como peligrosas.
El ambiente en la habitación se vuelve irrespirable. El silencio se rompe solo con la decisión tajante de Leocadia: Curro y Pía deben ser despedidos inmediatamente. No hay explicaciones ni justificaciones, solo un mandato implacable que refleja su ambición y su carácter frío. Cristóbal acepta la orden, aunque advierte que Alonso podría oponerse. Ella, sin embargo, ríe con desdén. Sabe que puede manipular al marqués y al resto de la casa. Ha jugado ese juego antes, y está dispuesta a hacerlo otra vez.
La tensión crece cuando Riccardo, fiel a su deber, recibe de Cristóbal la orden de expulsar a los dos jóvenes. El mayordomo ejecuta el mandato, pero no sin antes notar algo extraño: detrás de aquella decisión se esconde una urgencia más oscura. Cuando finalmente comunica a Curro y a Pía que están despedidos, la reacción de ambos no es la sumisión, sino la indignación. Pía, con firmeza, exige saber de quién proviene la orden, y cuando Riccardo pronuncia el nombre de Leocadia, todo queda claro. La mujer quiere silenciarlos antes de que puedan destapar la verdad.
Pero en ese mismo instante, se abre un nuevo frente inesperado. Riccardo revela una carta secreta que había permanecido oculta durante mucho tiempo. En ese documento, escrito de puño y letra por Cristóbal, se encuentran confesiones veladas que lo incriminan de forma devastadora: tratos ilícitos, episodios de violencia y hasta la insinuación de una relación íntima con Leocadia. Entre las revelaciones más impactantes, aparece una que sacude los cimientos de la familia: la posibilidad de que Cristóbal sea el verdadero padre de Ángela.
Curro y Pía, ahora armados con esta prueba, deciden no callar más. El escenario perfecto para destapar la verdad se presenta al día siguiente, durante un desayuno formal en el que Alonso recibe a invitados de importancia. Con todos reunidos en el gran salón, los dos jóvenes irrumpen y exigen ser escuchados. Frente a la mirada atónita de los presentes, entregan la carta al marqués. El silencio se convierte en un cuchillo cuando Alonso lee las palabras escritas por Cristóbal. Su rostro pasa de la sorpresa a la rabia, hasta que finalmente la incredulidad deja paso a una ira helada.
Las acusaciones son demasiado graves para ser ignoradas. Cristóbal intenta defenderse, acusa a Curro y a Pía de montar una farsa para difamarlo, pero las pruebas son irrefutables. La caligrafía, los detalles, todo encaja. Alonso, indignado, dicta una sentencia fulminante: Cristóbal queda despedido y deberá responder ante la justicia. Leocadia intenta intervenir, suplicando calma y alegando que el marqués no comprende toda la situación, pero él no le da oportunidad. Ordena que el sargento Burdina sea llamado de inmediato.
La llegada del sargento marca un punto de no retorno. Cristóbal es escoltado fuera del palacio bajo la mirada de todos, con el rostro desencajado por la humillación y la furia. Antes de marcharse, lanza una amenaza contra Curro y Pía, jurando que pagarán caro. Sin embargo, su caída es inevitable: el hombre que durante tanto tiempo manejó los hilos desde la sombra queda desenmascarado públicamente.
El día siguiente amanece bajo un silencio denso y perturbador en La Promesa. Las paredes parecen guardar los ecos de lo sucedido, y los criados evitan hablar en voz alta. Todo ha cambiado para siempre. En medio de este clima, Ángela enfrenta una verdad desgarradora: Cristóbal es su padre. Pero lo que más la destruye no es ese descubrimiento, sino la traición de Leocadia, su madre, que le ocultó la verdad durante toda la vida. Para Ángela, es un golpe irreparable. Llena de dolor y rabia, asegura que ya no tiene madre.
Curro, en un intento de consolarla, insiste en que debe hablar con Leocadia, enfrentarla y no dejar que el rencor la consuma. Pero Ángela se niega, convencida de que nada podrá reparar la herida. Entre lágrimas, se refugia en un dolor que la paraliza, mientras Curro la sostiene en un abrazo que mezcla ternura y desesperanza. La fractura en la familia parece insalvable.
El futuro de La Promesa queda así teñido por la incertidumbre. Cristóbal ha caído en desgracia, Leocadia ha mostrado hasta dónde es capaz de llegar para mantener su poder y Ángela se hunde en el dolor de una verdad insoportable. Pero lo más inquietante es la sensación de que nada ha terminado, de que aún quedan secretos por descubrir y que las consecuencias de esta revelación apenas están comenzando a desplegarse.
Los próximos capítulos prometen ser un campo de batalla emocional, donde cada gesto y cada palabra podrían decidir quién sobrevive y quién queda destruido. Y la gran pregunta que flota en el aire es clara:
¿Será capaz Ángela de perdonar alguna vez a Leocadia, o esta traición sellará para siempre la ruptura entre madre e hija?