En el próximo episodio de La Promesa, Curro se siente más cerca que nunca de descubrir quién está detrás del intento de asesinato que casi le cuesta la vida. Después de sobrevivir a un brutal accidente durante una carrera de caballos, Curro se da cuenta de que todo apunta a un acto premeditado, y el misterio de la muerte de Yana comienza a tomar un giro oscuro y peligroso.
El episodio arranca con una atmósfera festiva, típica de un picnic organizado por Leocadia, quien había invitado a los habitantes del palacio a disfrutar de un día al aire libre. Sin embargo, la tensión es palpable entre los presentes, como si una sombra de desconfianza se hubiera apoderado del ambiente. A pesar de que la intención de todos era relajarse, algo no encajaba: la sonrisa tensa de Leocadia, la mirada calculadora de Lorenzo, y la creciente intriga entre los asistentes del picnic.
La carrera de caballos, propuesta por Lorenzo, se convierte en el centro de la actividad. Mientras los jinetes se preparaban para competir, Jacobo, en un giro inquietante, sugiere a Curro que monte un caballo en particular, el cual parece ser una elección casual, pero que a medida que se desarrollan los eventos, se revela como un detalle sospechoso. Curro, sin dudar, acepta la recomendación y revisa la montura, sin percatarse de que algo podría estar mal. La carrera comienza con energía, pero rápidamente, todo toma un giro trágico: el caballo de Curro se desestabiliza violentamente, lo que lo hace caer al suelo con una brutalidad inesperada.
Cuando todos corren a su auxilio, las piezas del rompecabezas empiezan a encajar. Pía, quien está profundamente preocupada por Curro, descubre que la cincha de la montura había sido cortada deliberadamente, lo que pone de manifiesto que este no fue un accidente. La sospecha se apodera de todos, pero Curro, a pesar del dolor y el miedo, comienza a atar cabos. Esta tentativa de asesinato, lejos de amedrentarlo, le da la certeza de que está más cerca que nunca de descubrir la verdad detrás de la muerte de Yana.
Curro se encuentra más determinado que nunca a desenmascarar al responsable, a pesar de los temores de Pía, que le ruega que se detenga. Sin embargo, la voluntad de Curro es inquebrantable, ya que sabe que cada pista lo acerca más al asesino. A medida que recuerda los detalles del picnic, Curro se da cuenta de que todas las piezas apuntan a personas clave en su vida, y el círculo de sospechosos comienza a estrecharse.
Con la tensión a flor de piel, Curro está decidido a no dejar que el asesino siga actuando impunemente. La identidad del culpable parece estar al alcance de su mano, y las dudas que antes tenía sobre Jacobo, Lorenzo, y Leocadia comienzan a disiparse. En su mente, cada movimiento, cada gesto se vuelve crucial para revelar la verdad. Mientras tanto, el asesino, al sentirse acorralado, está dispuesto a hacer lo que sea para proteger su secreto, y Curro sabe que no habrá vuelta atrás. La guerra por la justicia de Yana está en marcha, y Curro no descansará hasta ver a los culpables pagar por sus crímenes.