El Palacio de la Promesa vuelve a convertirse en escenario de tensiones insostenibles. Este jueves 21 de agosto, veremos cómo las alianzas y los secretos se enfrentan con consecuencias devastadoras. Manuel, lleno de determinación y dolor, se enfrenta a su padre Alonso en una discusión más intensa que nunca por el control de la empresa familiar. Su desconfianza hacia Leocadia crece cada día y, aunque su corazón le duele por la lealtad que aún siente hacia su padre, insiste en recuperar las riendas de su destino. La presión familiar y empresarial lo desgarra por dentro, y Enora se convierte en su única voz de razón, animándolo a reconciliarse con Alonso antes de que sea demasiado tarde.
Alonso, por su parte, siente el peso de la derrota y la sensación de haber fallado como marqués y como padre. En un momento de vulnerabilidad, se abre ante Curro, quien trata de consolarlo y recordarle que la fortaleza no siempre se mide en éxitos visibles, sino en la capacidad de enfrentar la verdad y el dolor. Mientras tanto, Martín, atrapado entre el amor y la obligación, decide marcharse con Jacobo, ignorando los intentos de Catalina de hacerlo desistir. Su corazón roto y sus convicciones firmes muestran la fuerza silenciosa de quienes se atreven a tomar decisiones difíciles, aunque el precio sea enorme.
En medio de este caos, Ángela y Curro celebran la calma tras la partida de Lorenzo, soñando con un futuro juntos, aunque los secretos aún persisten: Leocadia, siempre manipuladora, oculta a Ángela la verdad sobre la propuesta de matrimonio de Lorenzo antes de su detención. Las mentiras flotan en el aire, listas para explotar en cualquier momento.
Por otro lado, la joven Vera recibe noticias devastadoras de la duquesa de Carril: su hermano Federico no desea verla tras la denuncia a su padre. Sin embargo, Lope comienza a sospechar que la información no es del todo veraz, encendiendo una chispa de esperanza en medio de la desolación. Mientras tanto, Toño exige respeto a su privacidad, reprendiendo a Simona y Candela por intentar controlar su vida, recordando que las decisiones personales deben ser suyas, no de otros.
En el corazón del drama, María Teresa y Vera comparten confidencias, conscientes de los secretos que parecen llenar cada rincón del palacio. Es en ese ambiente tenso cuando Pía es sorprendida husmeando en el despacho de Cristóbal. Lo inesperado ocurre: Petra interviene en su defensa, pero establece una condición inquebrantable: si Pía quiere su ayuda, debe contarle toda la verdad. Un pacto que promete cambiarlo todo y que anticipa confrontaciones más oscuras, alianzas peligrosas y secretos revelados que podrían sacudir los cimientos del Palacio de la Promesa.
Este jueves, los espectadores se verán atrapados en un torbellino de traición, lealtad y valentía. Petra y Pía, unidas frente a Cristóbal, demostrarán que incluso en las sombras más densas, la verdad y la amistad pueden ser armas poderosas.