El peso de las revelaciones abruma a Ferit, quien decide que Seyran regrese sola a casa. Mientras tanto, él busca consuelo en Defne. Pero cuando intenta besarla, la empresaria, firme y serena, lo detiene: “Estás jugando con fuego. Deberías volver con tu esposa y arreglar las cosas”. A pesar de la advertencia, Ferit persiste y termina acompañándola a su hogar.
Seyran regresa devastada a la mansión, convencida de que Ferit ha ido a buscar a Pelin. Su llegada no pasa desapercibida para Ifakat, quien la reprende por abandonar a su esposo. En respuesta, Seyran le lanza una acusación velada, insinuando que debería preocuparse más por sus propios asuntos. La tensión crece cuando Ifakat arremete también contra Suna, advirtiéndole que no se deje influir por su hermana.