Las Navidades siempre habían sido un tema prohibido en la casa de los Sanli. Para Kazim, estas fechas no tenían cabida en su hogar, dejando a su familia sin la oportunidad de vivir esa magia que otros disfrutaban.
Mientras Ferit planeaba una celebración especial para Año Nuevo, Seyran compartió un recuerdo que lo dejó sin palabras y con el corazón roto. En su infancia, la maestra de Seyran pidió a los alumnos que representaran sus Navidades con un dibujo. Con entusiasmo, Seyran y su hermana imaginaron una escena que anhelaban con todo su corazón: su familia reunida, feliz, alrededor de un árbol de Navidad lleno de luces.
Pero la ilusión se desmoronó cuando Kazim descubrió el dibujo. Enfurecido, irrumpió en la habitación y les gritó de una manera que Seyran jamás pudo olvidar. Ese momento borró cualquier esperanza de celebrar la Navidad en su hogar.
Al escuchar esta historia, Ferit no pudo contener su emoción. Por primera vez entendió lo que Seyran había perdido y, en silencio, se hizo una promesa: haría todo lo posible para devolverle a Seyran la Navidad que siempre soñó, llena de alegría, amor y luz.
Para Ferit, esta no era solo una celebración. Era una oportunidad de borrar viejas heridas y comenzar un nuevo capítulo junto a la mujer que ama.