Catalina se despide: ¿adiós definitivo o simple pausa en La Promesa?

Hoy venimos con una noticia que sacude los cimientos de La Promesa y que, de confirmarse, marcaría un antes y un después en la serie. Tras más de 680 episodios acompañándonos, Carmen Asecas, la actriz que da vida a Catalina, parece haber tomado la decisión de abandonar la ficción. La gran incógnita que todos nos planteamos es si esta salida será algo temporal, un descanso breve para regresar más adelante, o si por el contrario supone un adiós definitivo a uno de los pilares femeninos de la trama.

Para entender la magnitud de este rumor, conviene recordar qué ha significado Catalina desde el arranque de la serie en enero de 2023. Ella no fue solo una de las hijas del marqués, sino la joven que asumió sobre sus hombros el peso de la promesa familiar tras la trágica muerte de su hermano Tomás. Fue la que se atrevió a plantar cara a doña Cruz cuando nadie más se atrevía, la que sostuvo a Manuel en sus momentos más oscuros y la que siempre estuvo dispuesta a dar la vida por sus hermanos, especialmente por Leonor, a quien acompañó y defendió sin fisuras.

Catalina también protagonizó tramas amorosas que marcaron al público. Primero con Pelayo, aquel romance fallido que nos dejó escenas cargadas de emoción y desencanto, y después con Adriano, con quien acabó formando una familia y convirtiéndose en madre. Esa faceta mostró que era posible ser noble y a la vez mantener los pies firmes en la tierra, algo que muchos espectadores agradecieron porque aportaba realismo y ternura. Catalina, con sus convicciones, fue mucho más que un personaje decorativo: era la voz de los labriegos, la conciencia social del palacio y, sobre todo, el faro de cordura cuando todo a su alrededor se tambaleaba.

Por eso la posibilidad de perderla pesa tanto. No hablamos de una dama más en la historia, sino de una figura insustituible que capítulo a capítulo se ganó el cariño del público y el respeto dentro de la trama. Desde hace semanas, los seguidores más atentos habían detectado señales: tras la pausa de grabaciones en agosto, Carmen Asecas no volvió al rodaje. Además, en sus redes sociales ha compartido publicaciones que sugieren que ya no está vinculada al set. Todo esto alimenta la sospecha de que su salida podría ser real.

De confirmarse, el vacío que deja en la familia Luján sería enorme. Adriano se quedaría solo con los niños, sin el apoyo de Catalina para enfrentarse a las maquinaciones de Leocadia, que no pierde ocasión para manipularlo todo a su antojo. Porque aquí entra otro elemento clave: la villanía de Leocadia. Cuando llegó al palacio, muchos pensaban que sería difícil superar la maldad de doña Cruz. Pero poco a poco, la postiza se ha encargado de acumular tanta perfidia que hasta la marquesa encarcelada parece benévola en comparación.

Los mensajes de los fans no dejan lugar a dudas: Leocadia se ha convertido en la gran antagonista. Se la señala como la responsable indirecta de muchas desgracias, incluida la desaparición de Catalina y la presión insoportable sobre Ángela. Y aunque resulte cruel, muchos se preguntan si la actriz no habrá decidido marcharse precisamente porque su personaje había llegado a un callejón sin salida narrativo frente a una villana tan omnipresente.

Si miramos la trayectoria de la serie, no sería la primera vez que ocurre algo parecido. Recordemos que otras figuras centrales también se despidieron. Ana Garcés, la protagonista original, terminó con un final trágico; Joaquín Climent, nuestro inolvidable Rómulo, dejó huella antes de retirarse; Eva Martín, la inolvidable Cruz, acabó entre rejas; Antonio Velázquez, Mauro, también se marchó dejando atrás tramas románticas; Paula Losada, la inestable Jimena, salió con un desenlace desdichado; o Alicia Bernal, Leonor, cuya historia terminó con ella en Nueva York. Cada salida dejó huella, pero ninguna tan dolorosa como podría ser la de Catalina, porque ella representa la esencia misma de la promesa: la lealtad, la justicia y el sacrificio.

Ahora bien, hay que contemplar la posibilidad de que se trate solo de una pausa. En producciones largas como esta, con centenares de episodios y contratos por más de 250 capítulos adicionales, no sería raro que una actriz decidiera tomarse un descanso para dedicarse a otros proyectos y regresar más adelante. Ejemplos tenemos: Teresa, por ejemplo, desapareció durante una buena temporada cuando se marchó a trabajar con otra señora en un viaje a América, pero más tarde volvió y retomó su papel con fuerza. No sería descabellado pensar que algo similar ocurriera con Catalina.

Sin embargo, si la despedida es definitiva, las consecuencias serán profundas. Adriano quedará debilitado dentro de la jerarquía del palacio, los niños crecerán sin la guía de su madre, y la familia Luján perderá a la persona que siempre defendió los intereses de los más vulnerables. Además, el público quedará huérfano de uno de los personajes más queridos, un referente de lucha y dignidad.

Mientras tanto, Leocadia continúa con sus intrigas. Algunos espectadores incluso sugieren en tono irónico que, con su historial de maldades, no le costaría acabar también con el futuro yerno que le estorba, eliminando de paso obstáculos para sus propios planes. Lo cierto es que la dama postiza mueve los hilos con tanta astucia que nunca queda claro cuál será su próximo golpe.

En paralelo, se avecinan movimientos en la trama de Curro y Ángela. Aunque hoy parezcan atrapados por las maniobras de Leocadia y Lorenzo, no pasará demasiado tiempo antes de que Curro tome la iniciativa. Muchos fans coinciden en que el destino les reserva un giro y que el amor de ambos encontrará una salida frente al chantaje. El vacío de Catalina, paradójicamente, puede ser el empujón que lleve a otros personajes a rebelarse y tomar decisiones valientes.

La incertidumbre es máxima. ¿Estamos ante un adiós definitivo? ¿O dentro de unos meses veremos a Catalina reaparecer con fuerza en los pasillos del palacio, como ya ocurrió con otros personajes? Solo el tiempo lo dirá. Lo que está claro es que, con o sin ella, La Promesa no da tregua. La ficción sigue firme en su objetivo de sorprender, dividir y emocionar a la audiencia.

Lo que todos compartimos es la sensación de que Catalina no era un personaje más: era el corazón de la historia. Su posible marcha abre un agujero difícil de llenar y marca un momento de incertidumbre para los seguidores. Pero como suele ocurrir en el universo de esta serie, cuando parece que todo está perdido, el guion siempre guarda un as bajo la manga.

¿Será este el caso? ¿Tendremos regreso triunfal de Catalina o debemos prepararnos para despedirla para siempre? La conversación está servida entre los seguidores, y la única certeza es que La Promesa aún guarda giros sorprendentes que no dejarán indiferente a nadie.