Buenas, premisers Clippers: una semana decisiva en La Promesa con muertes, despedidas y planes desesperados
La semana que se avecina en La Promesa no será una cualquiera. Tras el eco de celebraciones y reconocimientos en el mundo de las series, llega el momento de mirar hacia el horizonte dramático que nos espera en la finca más convulsa de la ficción española. Los próximos episodios (del 685 al 689) marcarán un antes y un después en la vida de los personajes, con giros que dejarán a todos los seguidores sin aliento. Amores prohibidos, planes de fuga, secretos familiares y, sobre todo, la sombra de la muerte, se ciernen sobre La Promesa.
Todo comienza con el capítulo 685, donde aparentemente la calma parece instalarse tras la marcha de Catalina. Sin embargo, la tranquilidad dura poco, porque el barón de Valladares envía una comunicación que vuelve a sacudir a la familia entera. Manuel sigue sin aclarar sus sentimientos hacia Enora, mientras su desconfianza hacia ella crece al comprobar que en los círculos nobles nadie la conoce realmente. La joven guarda un aura de misterio que inquieta a todos. En paralelo, las sospechas recaen sobre Petra: su falta de apetito y su creciente debilidad no pasan inadvertidos, y cada vez más miembros de la casa empiezan a notar que algo muy grave ocurre con el ama de llaves. Por si fuera poco, Cristóbal Ballesteros entra en conflicto directo con el marqués, quien le exige rectificar en una decisión dolorosa. Y entre tantos choques, Curro se ve forzado a humillarse ante Lorenzo con tal de asegurar el bienestar de Ángela, que a su vez se derrumba tras una conversación desgarradora con su madre, Leocadia.
En el capítulo 686, la tensión sube de nivel. Ángela teme que Lorenzo descubra sus planes de fuga con Curro y tome represalias. El peligro es real, pero aun así los enamorados mantienen viva la esperanza de huir juntos. Mientras tanto, Leocadia revela sus ambiciones: intenta convencer a Alonso de que ella debe gestionar las tierras en ausencia de Catalina. Aunque su discurso es firme, el marqués no cede, lo que solo alimenta la obsesión de la señora de Figueroa. En paralelo, Adriano se hunde en la tristeza tras la marcha de su esposa, y Martina intenta animarlo, incluso recurriendo a Jacobo para mover influencias en el patronato de la Virgen. López, por su parte, trata sin éxito de impedir que Federico y Vera se encuentren, aunque consigue abrirle los ojos al joven sobre la verdadera naturaleza de su padre. Esto lleva a Federico a dudar sobre el futuro de su relación con Vera. Mientras tanto, Ricardo Pellicer se consume por la culpa de la marcha de Pía, convencido de que Alonso aún puede traerla de regreso. Pero el marqués no logra imponer su autoridad, lo que deja al mayordomo en un callejón sin salida, tanto que termina recurriendo a Leocadia en busca de apoyo.
El capítulo 687 intensifica los conflictos. El regreso de Pía parece cada vez más complicado: Leocadia interfiere directamente, cumpliendo el deseo de Ballesteros de frenar cualquier intento de traerla de vuelta. El golpe es devastador para Ricardo, que ve frustradas todas sus esperanzas. En paralelo, Adriano toma una decisión tan drástica como inesperada, comparable en impacto a la marcha de Catalina, lo que deja al marqués sin saber cómo sostener el futuro de la familia. Y mientras Petra se sumerge en un deterioro físico alarmante, ni siquiera los cuidados más constantes logran aliviar su dolor. En el plano sentimental, Curro y Ángela siguen luchando por su amor, rodeados de enemigos por todos lados. Lorenzo no da tregua, y Leocadia recrimina a su hija de forma cruel, aumentando aún más la brecha entre ambas. Cada palabra de esa madre resentida hiere profundamente a Ángela, que ve cómo su intento de acercamiento solo trae más rechazo.
Cuando llega el capítulo 688, la situación se vuelve insostenible. Adriano plantea abandonar La Promesa junto a sus hijos, lo que genera un auténtico terremoto en la familia. Martina, desesperada, se convierte en su última esperanza para frenar esa decisión. Manuel, por su parte, busca reconciliarse con Toño y promete no seguir investigando a Enora, aunque la desconfianza sigue latente. Mientras tanto, Petra sufre un agravamiento serio en su estado de salud que preocupa a todos. En otra línea, Federico se enfrenta a la verdad sobre su padre y se alía con López para proteger a Vera, que queda atrapada en medio de una lucha de lealtades. En el servicio, el clima se enrarece aún más: los criados se rebelan contra las duras normas de Ballesteros, mientras Ricardo le suplica inútilmente que permita volver a Pía. Al mismo tiempo, Leocadia utiliza el chantaje emocional para frenar los planes de fuga de Curro y Ángela. El muchacho, sin salida, llega a proponerse sacrificar su propia libertad marchándose lejos, con tal de salvar a Ángela de un matrimonio con Lorenzo.

Finalmente, el capítulo 689 cierra la semana con un clímax devastador. Adriano está más decidido que nunca a marcharse, y ni siquiera los ruegos de Martina parecen suficientes para detenerlo. Su partida supondría una pérdida irreparable tras la ausencia de Catalina. En paralelo, Petra alcanza el límite de su deterioro: ningún remedio logra frenar su dolor, y su final parece inevitable. Mientras tanto, la orden del marqués de que Pía regrese queda completamente anulada por Ballesteros, dejando a Ricardo sumido en la impotencia más absoluta. Vera, atrapada por las intrigas de López y Federico, se ve obligada a aceptar que no puede volver a casa. Y en la trama central, Curro, desesperado, ya no encuentra salida para evitar la boda de Ángela con Lorenzo. Su única opción será un gesto extremo y arriesgado. Pero el mayor golpe está reservado para el final: un día los criados dejan de escuchar la voz de Petra. El silencio en sus aposentos lo dice todo. Nadie se atreve a entrar, pero todos saben la verdad: Petra ha muerto. Su fallecimiento sacude a La Promesa como un terremoto, dejando al servicio y a la familia sumidos en el desconcierto y la tristeza.
Así se cierra una semana intensa en La Promesa, donde las ilusiones de amor se enfrentan a chantajes y venganzas, y donde la muerte vuelve a hacerse presente, marcando un punto de no retorno. Con la marcha de Catalina, las amenazas de Lorenzo y el vacío dejado por Petra, la finca entra en una de sus etapas más oscuras. Los espectadores quedarán atrapados en este torbellino de emociones, donde cada día puede ser el último para los sueños de sus protagonistas.