La promesa en Gustav Televisión. Historias que contar
Queridos amigos, lo que se viene esta semana en La Promesa promete removerlo todo. Del 29 de septiembre al 3 de octubre, los capítulos del 685 al 689 estarán llenos de revelaciones, planes desesperados, enfermedades que avanzan sin freno y amenazas que podrían cambiar para siempre el destino de muchos personajes. Agárrense fuerte, porque la tensión va a ser de infarto.
Comenzamos con el drama de Petra Arcos. La salud de la temida ama de llaves se deteriora de manera alarmante. En la zona de servicio, todos empiezan a notar que Petra casi no come y que responde con mal humor a cualquiera que intente ayudarla, incluso a Teresa. La preocupación aumenta cuando Candela, con su sabiduría popular, sentencia que la pérdida de apetito suele ser el preludio de la muerte. A lo largo de la semana, veremos cómo los dolores de Petra se intensifican, los desmayos se repiten y ni siquiera los cuidados de María Fernández consiguen aliviarla. La situación se agrava tanto que Petra deja de acudir a su trabajo, lo que desata rumores y temores en toda la servidumbre. El miedo a encontrarla muerta paraliza a todos: nadie se atreve a entrar en su habitación. La gran incógnita es quién dará el paso y se atreverá a comprobarlo, y sobre todo, si estamos realmente ante la despedida definitiva de Petra o si algún giro inesperado podrá salvarla en el último momento.

Mientras tanto, Curro y Ángela atraviesan una encrucijada desesperada. El joven, dispuesto a sacrificarse por el amor de su vida, llega a rogarle al capitán Lorenzo que deje tranquila a la muchacha, incluso ofreciéndose a marcharse de La Promesa para siempre si con ello renuncia a la boda. Pero Lorenzo, cruel y calculador, disfruta humillándolo y deja claro que su verdadero objetivo es infligirle el mayor dolor posible. Ángela, impotente, busca apoyo en Samuel, pero este solo logra darle palabras de fe y consuelo, sin poder actuar. Esa pasividad la enfurece aún más, empujándola a enfrentarse cara a cara con Lorenzo. Con valentía y sin pelos en la lengua, la joven lo desafía, y aunque las palabras arden como fuego, la sombra de doña Leocadia, madre de Lorenzo, presiona para que acepte el matrimonio. La tensión se dispara y la pregunta es inevitable: ¿podrán Curro y Ángela huir del destino cruel que les quieren imponer o terminarán atrapados en esa unión forzada?
En otro rincón del palacio, Adriano vive su propia tormenta tras la partida de Catalina. Su ausencia ha dejado un vacío inmenso, y el hombre, hundido en la desolación, empieza a plantearse abandonar La Promesa junto con sus hijos. Esta decisión amenaza con abrir una grieta irreparable en la familia. Alonso, que ya sufre la pérdida de su hija sin saber si volverá, teme quedarse también sin sus nietos. La angustia lo consume. Martina intenta convencer a Adriano de quedarse, pero las sospechas sobre la misteriosa desaparición de Catalina se ciernen como un fantasma. La joven cree que el encuentro con el barón de Valladares fue clave en la marcha de su prima. Jacobo, en cambio, insiste en olvidar ese asunto. Sin embargo, la duda permanece y la tensión crece hasta que Adriano anuncia medidas drásticas que podrían cambiar el futuro del palacio para siempre.
El misterio se expande cuando Manuel centra sus sospechas en Enora. Algo en su intuición le grita que la joven oculta secretos peligrosos, y todo empeora cuando vuelve a ser descubierta robando planos de los diseños. Nadie en los alrededores parece conocer realmente su pasado, lo que incrementa las sospechas del heredero. Toño, enamorado y ciego, sigue defendiendo su inocencia, mientras Simona y Candela intentan calmar la situación. Manuel promete dejar la investigación, sobre todo cuando la tensión con Toño amenaza con romper su amistad, pero sabemos que no podrá detenerse. La gran pregunta flota en el aire: ¿es Enora una infiltrada, una espía industrial o alguien con un secreto aún más oscuro?
La intriga no termina ahí. Pía, Ricardo y Candela tendrán que soportar el implacable régimen del mayordomo Ballesteros, que se aferra a su poder con la complicidad de Leocadia. Aunque el marqués Alonso intenta rectificar y autorizar el regreso de Pía a Aranjuez, Ballesteros convierte la situación en una batalla de autoridad. Su nuevo reglamento es despiadado: tres infracciones graves y despido inmediato. Ricardo, aún convaleciente, es obligado a subirse a los tejados para limpiar chimeneas, mientras Candela lo acusa de inventar pretextos para castigar a Pía. El mayordomo, frío y calculador, revela que su alianza con Leocadia obedece a un plan más oscuro de lo que parece. Los criados empiezan a sufrir el peso de una dictadura interna que amenaza con quebrarlos.
Por otro lado, Vera se encuentra atrapada en un triángulo peligroso entre su hermano Federico y López. El regreso de Federico trae consigo la intención de rescatarla de lo que él considera una situación insostenible, pero López se interpone y le advierte que volver con su padre sería un error mortal. La discusión entre los dos jóvenes escala hasta la violencia cuando Federico, fuera de sí, agarra a López de la pechera después de que este acuse a su padre de criminal y asesino. Poco a poco, Federico empieza a enfrentarse a una dolorosa verdad: su padre podría no ser el hombre honorable que siempre creyó. Así, se abre la posibilidad de una inesperada alianza con López para proteger a Vera. Pero la duda persiste: ¿será suficiente para salvarla del destino que la acecha?
La semana, en definitiva, será una bomba de relojería. Entre la enfermedad terminal de Petra, el desesperado intento de Curro y Ángela por escapar, la desolación de Adriano y la amenaza de que se marche con sus hijos, el misterio de Enora como posible espía, la tiranía de Ballesteros contra los criados y el enfrentamiento entre Federico y López, La Promesa se convierte en un escenario de luchas, traiciones y secretos listos para estallar.
Los espectadores se encontrarán con capítulos donde cada escena estará cargada de dramatismo y tensión, donde las decisiones de los personajes pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, entre la libertad y la esclavitud emocional. El espectro de don Pedro sigue proyectando su sombra desde la tumba, las alianzas ocultas salen a la luz y la fragilidad humana se convierte en el eje central de esta historia que no da tregua.
Así que, prepárense, porque lo que veremos esta semana en La Promesa no será un simple avance más: será un torbellino de emociones, una cuenta regresiva hacia desenlaces que podrían ser definitivos. ¿Caerá Petra finalmente? ¿Se liberarán Curro y Ángela de las cadenas impuestas por Lorenzo y Leocadia? ¿Tomará Adriano la decisión de abandonar para siempre el palacio? ¿Y hasta dónde llegará la red de intrigas que envuelve a Enora, Ballesteros y Leocadia?
La promesa se transforma en un polvorín donde cada decisión importa, y los próximos capítulos serán decisivos para el futuro de todos.