El misterio en La Promesa alcanza nuevas alturas con el hallazgo de un pasadizo secreto que recorre las entrañas del palacio. Tras esa puerta escondida no solo se esconden muros de piedra, sino también huellas del horror, objetos que erizan la piel y una verdad capaz de paralizar el corazón. Pero mientras esta estancia cargada de sombras comienza a revelar su lado más oscuro, un nuevo enigma se cierne sobre la familia: Martina ha desaparecido sin dejar rastro, y cada pista apunta hacia un peligro mucho más grande de lo que cualquiera hubiera podido anticipar.

Al mismo tiempo, otra verdad estalla como una bomba: la historia jamás contada sobre la madre de Santos sale a la luz, obligando al muchacho a enfrentarse a secretos que modificarán para siempre el vínculo con su padre. Nada volverá a ser igual.

Mientras tanto, Manuel, tras mucho tiempo de dudas, abre finalmente los ojos ante las manipulaciones de su madre. Las mentiras y los complots de la marquesa Cruz ya no pueden ser ignorados, y la decisión del joven de posicionarse contra ella amenaza con desmoronar el poder absoluto que la mujer ha mantenido durante años. ¿Qué sucederá ahora, cuando los cimientos del palacio tiemblan y cada personaje se encuentra ante verdades insoportables?

El pasadizo secreto: un corredor de intrigas y delitos

En los episodios recientes, Vera, Lope, Teresa y Marselo han dirigido su curiosidad hacia un corredor oculto que conecta directamente la cámara de la marquesa Cruz con el exterior del palacio. Ese lugar no es un simple túnel de piedra; guarda en su interior la memoria de intrigas, crímenes, encuentros clandestinos y pecados familiares. Todo indica que no se trata de una construcción reciente, sino de una obra tan antigua como el propio palacio, utilizada durante generaciones por los nobles de Luján para fines oscuros y secretos.

La conexión con la familia actual es inevitable. Cruz y Alonso han sido dos de los principales beneficiarios de esta estructura. En el recuerdo colectivo aún resuena uno de los episodios más macabros: el asesinato de Tomás. La muerte ocurrió en la cámara de la marquesa, pero el cadáver apareció al amanecer en otra zona del palacio. ¿Cómo lograron Cruz y Petra mover el cuerpo sin ser descubiertas? La respuesta parece estar en este corredor: un camino oculto que facilitó el traslado en silencio. Sin embargo, permanece una duda inquietante: ¿cómo pudo el marqués Alonso, que dormía a escasos metros, no escuchar nada durante aquella terrible noche?

Pero el túnel no sirvió solo para ocultar crímenes. También fue escenario de amores prohibidos. Alonso, débil de carácter pero inclinado a la infidelidad, lo utilizó para mantener relaciones clandestinas. Con Dolores, madre de Jana y Curro, organizó encuentros secretos en una casita en el bosque, un refugio donde nadie sospechaba nada. Cuando Cruz descubrió aquella traición, todo cambió. Orquestó la cacería que terminó con la muerte de Dolores y exigió a Alonso que le cediera la habitación para tener control absoluto del pasadizo. Así, aquel corredor se convirtió en un arma de Cruz, un medio para proteger sus maquinaciones y silenciar toda amenaza.

Hoy, con Vera, Marselo, Lope y Teresa más decididos que nunca a desvelar lo que se esconde tras esa puerta, el riesgo es enorme: los secretos de la marquesa pueden finalmente salir a la luz.

Martina, la sobrina rebelde que desaparece

Mientras el palacio se sacude por estos descubrimientos, un misterio paralelo complica aún más la trama: Martina está desaparecida. Su carácter problemático ya había dado dolores de cabeza a sus tíos, pero esta vez la situación es más grave. Desde que llegó a La Promesa, la joven se comportó como una muchacha caprichosa y acostumbrada a salirse con la suya, mintiendo incluso a sus propios padres para permanecer en el palacio. Su romance con Curro, que comenzó con ilusión, pronto se convirtió en un tormento lleno de altibajos.

Las fugas nocturnas a la bodega, sus excesos con el cognac, los enfrentamientos con sus padres —incluyendo las durísimas palabras lanzadas a su padre Fernando antes de su muerte— y el trato frío hacia su madre Margarita Lopis marcaron su paso por la historia. Ahora, la ausencia de Martina en el momento más esperado, el matrimonio entre Jana y Manuel, ha generado escándalo. ¿Por qué se ausentó justo en ese instante crucial?

Aunque dijo que iba a casa de una amiga, la realidad es que se marchó a San Sebastián con compañía y luego se desvaneció sin dejar huellas. Ni siquiera Curro sabe dónde está. Manuel, enterado de la verdad por su primo, decide informar a los marqueses. La decepción de Cruz y Alonso será enorme cuando descubran el nuevo engaño de su sobrina. Nadie sabe cuándo volverá ni qué consecuencias traerá su retorno.

La verdad sobre la madre de Santos

Otra trama clave explota en estos episodios: los secretos de Ricardo Pellicer y la madre de Santos salen finalmente a la luz. El joven siempre creyó que su madre había muerto, pero descubre la amarga realidad: lo abandonó de niño para fugarse con Juan Antonio, cuñado de Ricardo. Este doble engaño no solo rompió la familia, sino que condenó al niño a crecer sin amor maternal.

Todo quedó revelado gracias a una carta guardada durante 25 años, que Petra y luego Pia forzaron a Ricardo a enfrentar. Esa misiva contenía la confesión de la madre: además de abandonar marido e hijo, se marchaba embarazada del cuñado. Eso significa que Santos tiene un hermano o hermana desconocido, de unos 25 años, que podría aparecer en cualquier momento para sacudir aún más la historia.

La rabia de Santos es comprensible. Se siente engañado y traicionado, no solo por la madre, sino también por el silencio de su padre. Sin embargo, mirando más allá, Ricardo aparece también como víctima: abandonado por la esposa, traicionado por el cuñado y obligado a cargar solo con la crianza de un hijo. Ahora la verdad ya no puede ocultarse. Padre e hijo deben hablar cara a cara, compartir el dolor y reconstruir un vínculo roto por años de secretos.

Manuel contra Cruz: la rebelión del hijo

Mientras todo esto sucede, el corazón de la trama late en el enfrentamiento entre Manuel y su madre. Gracias a la valentía de Jana y Catalina, el joven abre los ojos al verdadero rostro de Cruz. Jana, cansada de callar, confiesa las humillaciones y desprecios recibidos por parte de la marquesa. Catalina, a su vez, revela que su propia madre la había manipulado cruelmente, poniéndola en manos del conde Pelayo para deshacerse de ella.

El impacto en Manuel es devastador. Dos de las mujeres más importantes de su vida le cuentan los abusos de la misma persona: su madre. El respeto que aún guardaba por Cruz se derrumba. El marqués Alonso, testigo de intrigas y manipulaciones, tampoco puede seguir ignorando lo evidente. Por primera vez en mucho tiempo, el poder de la marquesa se tambalea. Su autoridad absoluta se resquebraja, y todos a su alrededor comienzan a rebelarse.

Cruz sigue siendo la gran antagonista, la sombra que domina la historia, pero su caída parece cada vez más inevitable. La gran incógnita es quién dará el golpe final: ¿será Petra, que conoce todos sus secretos y algún día podría traicionarla? ¿O Leocadia, la mujer enigmática que ha llegado con fuerza al palacio y cuya sola presencia intimida a la marquesa como nunca antes?

Un futuro incierto

Con el pasadizo secreto al borde de revelar los mayores crímenes, Martina desaparecida, la verdad sobre Santos y su madre en plena ebullición y Manuel rebelado contra Cruz, la historia de La Promesa entra en un punto de no retorno. El poder de la marquesa se resquebraja, los secretos ya no pueden ocultarse y cada personaje deberá enfrentarse a sus decisiones.

El destino del palacio y de todos sus habitantes pende de un hilo, mientras los espectadores esperamos con ansias el próximo giro que podría cambiarlo todo para siempre